Una plataforma contra la difusión de imágenes íntimas

08/03/2019

Una plataforma contra la difusión de imágenes íntimas

Acoso.Online es el primer sitio en Internet de América Latina impulsado para hacer frente a la distribución no consentida de imágenes íntimas. La iniciativa, originada en Chile, brinda orientaciones directas para lidiar con este tipo de violencia contra mujeres y las personas LGBTQI.

Con el financiamiento de FRIDA, logrado en el llamado de 2018, Acoso.Online ha podido replicar el proyecto en 14 países de América Latina y el Caribe con contenidos en español, portugués e inglés.

Francisco Vera Hott, uno de los creadores de la plataforma, destacó frente al 8M que si bien los derechos humanos en el entorno digital son los mismos que en el mundo físico, existen sensibilidades particulares en las redes digitales. “En ese contexto -acotó Vera- los derechos que cobran más relevancia son los de privacidad y libertad de expresión”.

La violencia contra la mujer y las personas LGBTIQ es un problema a nivel latinoamericano (y mundial) e Internet no escapa esta realidad. ¿Cuál es la percepción de Acoso.Online sobre esta problemática en la región y sobre qué tipo de violencia on line trabaja específicamente?

La violencia de género es un problema serio a nivel mundial, y aunque falta muchísimo por avanzar, existe cada vez más conciencia de su existencia, y de sus causas, que suelen relacionarse con una sociedad patriarcal donde las mujeres y personas que pertenecen a minorías sexuales suelen ser discriminadas y víctimas de violencia por esa sola condición. En ese sentido, el entorno digital es una continuación de nuestra propia vida, donde también es posible percibir esa discriminación y violencia.

Acoso.Online tiene como agenda combatir y resistir la violencia de género en línea, enfocándonos por ahora en la difusión de material íntimo sin consentimiento, que es una forma de violencia en línea que ataca desproporcionadamente a mujeres y personas LGBTQI, y lo hacemos entregando herramientas a la víctima para remover estos contenidos, entender la legislación de cada país, acceder a la justicia, enfrentar este tema en comunidad, y consejos técnicos que pueden ayudarlas.

Acoso.Online ha desarrollado herramientas para resistir y combatir la publicación no consentida de imágenes y videos íntimos en el entorno digital.  ¿Cuáles son sus principales recomendaciones para prevenir esta forma de violencia de género?

Las causas de la violencia de género son variadas y multifactoriales. En ese sentido, el uso sin consentimiento de imágenes íntimas responde a varias de esas causas: un sistema patriarcal que trata a las mujeres como objetos, refuerza estereotipos de género, y justifica el uso de violencia contra quienes no se adhieren a dichos estereotipos.

Podemos pensar en recomendaciones a diferentes escalas: a nivel de gobiernos, implementar políticas públicas y destinar recursos para educar en un contexto de tolerancia, diversidad e igualdad de género; incluyendo normas que permitan combatir y sancionar estos actos de violencia, enfocándose en reparar los daños causados y evitar su futura ocurrencia más que en ampliar desmedidamente penas de cárcel.

A nivel de plataformas de Internet, es necesario que asuman un deber de cuidado respecto a sus usuarias más vulnerables, implementando mecanismos eficaces para reportar y remover contenidos ilegales como las imágenes íntimas que se publican sin su consentimiento, y otras formas de violencia como amenazas o actos de acoso en sí.

A nivel individual, nos importa que todas las personas sientan la libertad de expresar su sexualidad a través de Internet, por lo que estamos en contra de los mensajes que le dicen a la gente que la mejor solución es no compartir imágenes íntimas, porque aquí los primeros responsables son quienes usan estas imágenes sin consentimiento.

Lo anterior no significa que no puedan adoptarse algunas medidas de precaución, tales como ofuscar aspectos reconocibles en las imágenes que se comparten (como rostro o tatuajes); junto con usar aplicaciones de mensajería segura, que al menos cuenten con cifrado punto a punto; y limitar los metadatos incluidos en las imágenes.

Actualmente, están escalando la iniciativa a nivel regional. ¿En qué consiste este esfuerzo para para llegar a más personas afectadas por la pornografía no consentida?

Desde que lanzamos la iniciativa a mediados del 2017, muchas organizaciones se acercaron a nosotros para colaborar con la misma. Ello nos ha permitido que al día de hoy podamos llegar a 14 países de Latinoamérica y El Caribe, con contenidos en español, portugués, e inglés.

Lo importante del proyecto es que la información sobre la legislación y acceso a la justicia de cada país fue preparada por expertos locales, algunos de los cuales también esperan poder ayudar a las víctimas de esta clase de violencia.

¿Cual es impacto de pornografía no consentida en los usuarios de Internet y por qué se trata de un tema de derechos?

El impacto que produce la publicación y diseminación de imágenes íntimas sin consentimiento es enorme. Por un lado, puede causar enormes daños a la reputación y salud mental de las víctimas, producto no sólo de dicha publicación, sino del acoso y mensajes indeseados que suele acompañar a estas situaciones.

Por otro lado, se afecta su libertad sexual, al juzgarlas por cómo expresan la misma, o en algunos casos, porque la publicación de estas imágenes viene precedida de chantajes y amenazas. De hecho, en algunos casos esta publicación no se produce, porque las víctimas acceden a las solicitudes realizadas (que pueden incluir dinero o favores sexuales), pero el daño se sigue produciendo.

En relación con el 8M, ¿cuales son los derechos digitales de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ que hoy están más afectados en la región? 

Nuestros derechos humanos en el entorno digital son los mismos que en el mundo físico, aunque algunos son particularmente sensibles a las particularidades de las redes digitales. En ese contexto, los derechos que cobran más relevancia son los de privacidad y libertad de expresión.

La privacidad, para que las personas puedan controlar su información y sus identidades. Y la libertad de expresión, para que puedan expresarse de manera libre y segura. Lo anterior debe entenderse en un contexto donde estos derechos complementan a la no discriminación, la igualdad ante la ley, la libre asociación y protesta, entre otros derechos.

Estos derechos se afectan cuando existen campañas para acosar personas en Internet, cuando se publican sus datos o imágenes personales, cuando se reportan contenidos de mala fe para que los remuevan.

Dentro de esa afectación es importante entender que las responsabilidades son compartidas entre gobiernos y empresas. Los gobiernos, que deben abstenerse de vigilar y censurar estas conductas. Y las empresas, que deben evaluar los impactos que su actividad produce en los derechos humanos de sus usuarias, y actuar para protegerlos, respetarlos y procurar remedios ante sus violaciones.

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